sábado, 5 de agosto de 2017

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Soñé que me querías.

Te esperaba.

la tarde era gris, casi por anochecer
llegué por accidente

estaba ahí
en el lugar en donde he visto al diablo
en donde sueña las noches más bellas,
en donde llora las madrugadas más frías,
en donde se mece en el cariño más tibio.

Pierdo ante el cansancio, la humedad, el calor.
Te espero una hora, tal vez dos,
duermo.

Un beso,
sólo uno y un par de lágrimas: tú.
Tu perfume, tu piel, tu voz, y tus labios contra los míos,
despierto en tu mirada azul brillante,
ángel.

Estás aquí,
estoy aquí: entre tus brazos,
entre los brazos de alguien que no volverá jamás
entre los brazos de un amor quimérico
entre la felicidad más cálida,
aquella que puede sentirse una sola vez en la vida,
tormento, luna de agosto.

Soñé que me querías,
que llegabas por mí,
que me encontrabas dormida,
que me besabas para despertar...

Dolor,
eres mi muerte

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